jueves, 12 de noviembre de 2009

Disculpas...cuánto cuestan



El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha pedido disculpas este jueves por acusar al PSOE de querer 'verle muerto' durante la sesión de control en las Cortes Valencianas.
"Me gustaría pedir disculpas si he herido la sensibilidad de alguien, que entiendo que pueda ser así", ha apuntado el jefe del Consell, que ha atribuido estas declaraciones al "calor del debate parlamentario".
"A mí no me duelen prendas en pedir las disculpas que me corresponden", ha insistido el presidente del PP valenciano, que ha destacado el comportamiento que ha mantenido hasta ahora: "Todo el que me conoce sabe perfectamente que he oído las cosas más duras durante estos meses y he estado callado y donde me corresponde".
Por eso Camps ha pedido un cambio de actitud en la oposición para comenzar "una época y una etapa completamente diferente". "Creo que sería muy bueno para todos", ha concluido.
'Desconcierto' en el PP
La reacción de Camps se produce después de que desde Génova se recibieran sus afirmaciones con un reflexivo y significativo "no comment". Ni un solo guiño de respaldo, ni un mínimo reproche. La cúpula 'popular' comunicó a ELMUNDO.es que "no hace comentarios" a la singular afirmación del barón valenciano, y se pertrechó en un férreo silencio con el que en absoluto logró esconder su incomodidad.
Se trataba, según fuentes solventes, de la misma incomodidad que en otras ocasiones han causado en el equipo de Rajoy las declaraciones inconvenientes de Manuel Fraga.
Y es que, desde la cúpula 'popular', primero, no se sentían "concernidos" por las palabras de Camps, y lo más que mostraban hacia su actuación era "conmiseración", que, diccionario en mano, significa "compasión que se tiene del mal de alguien".
Según todas las fuentes consultadas dentro y fuera de Génova, "crece la sensación de que el 'caso Gürtel' está empezando a pasar factura personal" al presidente de la Generalitat valenciana.
Más que enfadados, los 'populares' se han mostrado "desconcertados" ante la actitud de Camps. Sin siquiera criticarle su recurso dialéctico guerracivilista, tan contrario al discurso político de Mariano Rajoy, dirigentes y parlamentarios del PP han repetido una pregunta: "¿qué le pasa?"; y una sentencia: "ya no aguanta la presión". (El Mundo)

El perdón o las disculpas es un mal menor, pero en gentes de hombría. Otros guardan un silencio y un comportamiento, cuando menos repugnante. Tiempo al tiempo, arrieros somos y en el camino nos encontraremos. ¿Verdad amigo?

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