Aunque parezca difícil de creer, cuando una persona miente compulsivamente, él es quien se engaña en primer lugar, pues no es capaz de ver la diferencia entre la verdad y la fantasía y se aleja irremediable y peligrosamente de la realidad.
Pudiera sonar exagerado, pero sin embargo, las mentiras pueden ser únicamente la punta del “iceberg” y que en el fondo se esconda una persona con problemas psicológicos o conflictos emocionales sumamente serios.
De acuerdo con los psicólogos, los adultos mienten para lograr algo o para autoengañarse porque se niegan a aceptar todo aquello que les incomoda.
Estos expertos aseguran que, de alguna manera, se aprende a mentir en la infancia debido a la incomprensión o rechazo de los padres y, claro, también para adaptarse a lo que ellos quieren o esperan de nosotros.
Pudiera sonar exagerado, pero sin embargo, las mentiras pueden ser únicamente la punta del “iceberg” y que en el fondo se esconda una persona con problemas psicológicos o conflictos emocionales sumamente serios.
De acuerdo con los psicólogos, los adultos mienten para lograr algo o para autoengañarse porque se niegan a aceptar todo aquello que les incomoda.
Estos expertos aseguran que, de alguna manera, se aprende a mentir en la infancia debido a la incomprensión o rechazo de los padres y, claro, también para adaptarse a lo que ellos quieren o esperan de nosotros.
Cuando la mentira se vuelve enfermiza, cuando se hace un hábito y se miente por deporte, el tema se vuelve mucho más grave.
Según los psicólogos, las razones más comunes por las que alguien miente son las siguientes:
Según los psicólogos, las razones más comunes por las que alguien miente son las siguientes:
• Para satisfacer su propia vanidad.
• Para obtener cierto absurdo placer a través de invenciones.
• Para demostrar poder o control ante los demás.
• Para dañar a los demás con rumores o falsas acusaciones.
• Para conseguir estima, atención y afecto de los demás.
• Para así poder compensar su propia inseguridad.
¿Qué siente?
Si el mentiroso oculta o desfigura la verdad, con seguridad no se siente nada bien y, además, sufre de:
• Desgaste emocional: Tiene que controlar las palabras y forzar la memoria para no contradecirse.
• Malestar: Al mentir no elimina ningún malestar, el problema de fondo subsiste y se siente aún peor que antes.
• Efecto bumerán: Al intentar disfrazar una realidad que no soporta, la demuestra con más fuerza.
• Remordimientos: El sentimiento de culpa le pesa tanto que comete errores y termina siendo atrapado.
• Rechazo: Sus engaños constantes acaban por deteriorar las relaciones con los demás.
• Desconocimiento propio: Nunca llega a saber cómo es en realidad, vive en un mundo imaginario.
¿Cómo detectarlo?
Las personas que inventan, deforman o exageran la realidad y son conscientes de su incapacidad para comunicarse con sinceridad, pero no pueden controlar su conducta y viven llenos de malestar sin solucionarlo. Algunos viven en un mundo irreal y ni siquiera se dan cuenta de que están mintiendo.
¡Ojo, podemos encontrarlo en Laviana!.
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