Se está exponiendo en la capital de España, una retrospectiva de aquellos años del Vaquilla, el Torete y otros que tanto montan, y que quieren que les digamos, la coincidencia con los escándalos en la política, mejor dicho de algunos políticos de uno y otro bando y es que no debemos dejar de resistirnos a pensar que no todos son iguales, llaman la atención de propios y extraños. No, seguro que no, no todos son iguales y menos en los grandes partidos como el PP y el PSOE, está claro que debe ser cosa de personas concretas. Pero ya escama que sean tantos asuntos y tan turbios o retorcidos como los que llenan las páginas de los periódicos o espacios en radio y TV (en todas las cadenas), no sólo en los medios relacionados con el Grupo PRISA como pretende hacernos ver el Partido Popular con su “lloriquera” frente a los medios, curioso también, en los propios "medios" (pero depende a que lado apunten, valen o no).
No Sres. del PP, la prensa no debe estarse callada, debe trasladar a los ciudadanos las cuestiones de las que tiene conocimiento y por las fuentes que correspondan en cada momento. Buen ejemplo del desgaste que ello supone para un partido lo tiene el propio PP en su acoso y derribo a Felipe González y Alfonso Guerra. ¡Ah! pero eran los otros. Y ahora cuando les toca a los “unos”, no vale.
La solución es sencilla, Sr. Rajoy, reconozcan las situaciones, depuren responsabilidades, caiga quien caiga y a correr. Eso se llama transparencia y ejercicio de responsabilidad frente a unas siglas que “todos” dicen sentir en el corazón. O será en el bolsillo y la cartera, a la vista de las situaciones.
Pero estamos aviados para reclamar a Génova 13 que de ejemplo cuando lo tenemos más cerca, y es que cabe recordar en este punto el episodio vivido en Laviana, donde las cuentas del partido fueron negadas a los propios afiliados, ¿por qué?. Tiempo al tiempo y se verá si no existen agujeros sin tapar. Y para eso están los juzgados, para clarificar las cuestiones que no están en orden. Al menos en las deudas y en el caso de Madrid, Valencia..., para ver quien dice la verdad, aunque alguno ya está demostrado que miente al juez, a los diputados y al propio partido.
Lo dicho, poco puede esperarse de Madrid, cuando en lo cotidiano, claro y meridiano no se atiende a razones. Luego vendrán las lamentaciones y aquello de “la persecución”, etc., etc. y que todo es consecuencia de no se que esto y lo otro.
Son otros tiempos pero, también en la política a todos los niveles hay “quinquis” y quienes les defienden a capa y espada, aún sin razones.
No Sres. del PP, la prensa no debe estarse callada, debe trasladar a los ciudadanos las cuestiones de las que tiene conocimiento y por las fuentes que correspondan en cada momento. Buen ejemplo del desgaste que ello supone para un partido lo tiene el propio PP en su acoso y derribo a Felipe González y Alfonso Guerra. ¡Ah! pero eran los otros. Y ahora cuando les toca a los “unos”, no vale.
La solución es sencilla, Sr. Rajoy, reconozcan las situaciones, depuren responsabilidades, caiga quien caiga y a correr. Eso se llama transparencia y ejercicio de responsabilidad frente a unas siglas que “todos” dicen sentir en el corazón. O será en el bolsillo y la cartera, a la vista de las situaciones.
Pero estamos aviados para reclamar a Génova 13 que de ejemplo cuando lo tenemos más cerca, y es que cabe recordar en este punto el episodio vivido en Laviana, donde las cuentas del partido fueron negadas a los propios afiliados, ¿por qué?. Tiempo al tiempo y se verá si no existen agujeros sin tapar. Y para eso están los juzgados, para clarificar las cuestiones que no están en orden. Al menos en las deudas y en el caso de Madrid, Valencia..., para ver quien dice la verdad, aunque alguno ya está demostrado que miente al juez, a los diputados y al propio partido.
Lo dicho, poco puede esperarse de Madrid, cuando en lo cotidiano, claro y meridiano no se atiende a razones. Luego vendrán las lamentaciones y aquello de “la persecución”, etc., etc. y que todo es consecuencia de no se que esto y lo otro.
Son otros tiempos pero, también en la política a todos los niveles hay “quinquis” y quienes les defienden a capa y espada, aún sin razones.
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